Tierra infestada de reptiles en la época romana, refugio de piratas más adelante, hogar y puesto de trabajo de los fareros cuando esta profesión era heroica, un paraíso para la flora y la fauna amenazado por ser campo de tiro para la aviación y la armada española y, finalmente, Parque Natural y Reserva Marina. Así de azarosa ha sido la vida de y en las Islas Columbretes, único archipiélago de la provincia de Castellón
Se trata de cuatro grupos de islas de origen volcánico –algunas de ellas apenas una roca grande- que suman un total de 0,19 kilómetros cuadrados de superficie emergida. Uno de los paisajes más salvajes y espectaculares que puede encontrarse en el litoral Mediterráneo español. Los puertos más cercanos a Columbretes son los de Castellón, Oropesa y Alcossebre y la travesía dura entre dos y tres horas, dependiendo del tipo de barco y del punto de partida.
Las Columbretes no tuvieron población permanente –dicen que si fue refugio de piratas- hasta el siglo XIX, cuando entre 1856 y 1860 se construyó el faro, ubicado en el puto más alto de la Illa Grossa (61 metros). De esa etapa histórica es el pequeño cementerio, cuya sola existencia da idea del aislamiento que padecían los fareros y sus familias.
La presencia humana constante se interrumpió con la automatización de los faros y se recuperó con la declaración del archipiélago y de la lámina de agua circundante como Parque Natural y Reserva Marina, cuando se asentó un servicio de guardería permanente.
Hoy en día es posible visitar las Columbretes siempre en barco. Lo aconsejable es contar con una empresa especializada que gestione los permisos para visitar la Illa Grossa e incluso practicar el submarinimo, actividades que están muy reguladas. Desde el Puerto de Alcossebre opera la empresa Barracuda, que ofrece excursiones ordinarias y excursiones para practicar el submarinismo.
Las Columbretes hoy son un refugio de especies poco frecuentes, en algunos casos subespecies endémicas exclusivas del archipiélago. En la fauna terrestre destaca la Lagartija de las Columbretes. Aves como el halcón de Eleonor, el cormorán moñudo, la pardela cenicienta y la Gaviota de Audouin encuentran en las Columbretes un adecuado hogar.
En cuanto a la flora, la espectacular alfalfa arbórea, la zanahoria marina, lentisco e hinojo marino son las especies más sobresalientes, en un terreno muy poco propicio para la vida vegetal.
El fondo marino alberga una gran riqueza: corales, langostas, bogavantes, meros, barracudas, morenas, pulpos, sargos, lubinas y miríadas de peces de roca otorgan un aspecto mágico a las profundidades. Puedes comprobarlo aprovechando la oportunidad de bañarte que te dan en cada excursión. No dejes escapar la oportunidad.
Los fondos marinos de las Columbretes albergan una gran biodiversidad.
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